lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Feliz Navidad?

Un nuevo año se acaba, es hora de hacer balance, corregir errores y tratar de no fallar en las mismas cosas en el futuro. El Real Zaragoza llega al parón navideño hecho añicos, por mucho que se quiera hacer balance y se diga que la situación no es crítica, créanme, es peor que eso: la institución se tambalea día sí, día también. El señor que se sienta en el palco todos los domingos ha anunciado otra revolución invernal, y conociendo sus temibles golpes de efecto, la cosa puede tirar por cualquier derrotero. Y ojo, los milagros no ocurren siempre por Navidad.

Pero vayamos por partes: en lo que se refiere a la parcela deportiva, el Zaragoza es un equipo roto, o más que roto es que solo considerarlo un equipo a día de hoy es mucho considerar; los jugadores han demostrado de sobra que no dan la talla para jugar en Primera, tan solo me atrevería a salvar a 5 o 6 de la actual plantilla en cuanto a su nivel. Una prueba más de la impecable gestión de los dirigentes blanquillos.
El domingo, en el Reyno de Navarra, el equipo volvió a hacer gala de las carencias que le han llevado al farolillo rojo (y sin muchas esperanzas de salir de ahí). El mejor del partido fue Leo Franco, y para que eso ocurra muy mal tienen que ir las cosas; la defensa fue un chiste, el medio campo inexistente en todo tipo de transición, y la delantera pues para qué voy a decir nada... Lo positivo es que es la cuarta salida que realiza el equipo sin perder, cuatro empates; La cara buena de esta situación es una de esas paradojas que dan qué pensar, y es que con lo mal que está la cosa, solo estamos a 3 puntos de salir del descenso. Qué mal están las cosas en la que llaman la Liga de las Estrellas desde que las televisiones decidieron hacer un reparto tan "equitativo" de los derechos de TV, no hay más que fijarse en cuantos partidos van a pinchar en toda la liga Madrid o Barça, o simplemente, y más fácil, comparar sus presupuestos con los del resto...

Así que volviendo al tema que nos ocupa a los maños, señor Agapito y sus secuaces, por lo que más quieran, pónganse las pilas aunque sea por una vez y hagan gestiones para que La Romareda vuelva a ver partidos de futbol.